Las religiosas de San José de la Montaña celebran su solemnidad con misa, procesión y la quema de cartas con peticiones al santo

Publicado el Martes, 20 Marzo 2018 21:10

La congregación Madres Desamparados y San José de la Montaña de Valencia celebró ayer, lunes, la solemnidad del santo, con una misa, una procesión con la participación de las fallas del barrio de La Petxina y la quema de cartas con peticiones al santo siguiendo una tradición del siglo XIX.

La celebración de la misa tuvo lugar en la iglesia de la Casa Generalicia, en la que participaron las religiosas junto a vecinos y miembros de las comisiones falleras de la zona que ofrecieron ramos de flores ante la imagen del santo.



A continuación, las comisiones falleras del barrio de La Petxina trasladaron en procesión la imagen procesional de San José que se venera en la iglesia de las religiosas y que cuenta -como particularidad artística única- con una corona semejante a la de la Virgen de los Desamparados.

En el recorrido participaron “falleros, vecinos y una banda de música que partieron desde la iglesia y recorrieron distintas calles del barrio”, según fuentes de la congregación.

Finalmente, siguiendo una tradición iniciada en el siglo XIX por su fundadora, la beata Petra de San José, las cartas que las religiosas reciben a lo largo de un año con peticiones de devotos solicitando la intercesión del santo fueron quemadas en el atrio de entrada a la iglesia.

A lo largo del año, fieles y devotos escriben sus peticiones, “implorando la intercesión de San José ante problemas familiares, de salud o económicos, y las entregan ellos mismos en un buzón a los pies de la imagen de San José”, en la iglesia de la Casa Generalicia de la congregación, o bien las envían por correo postal.

Estas cartas son quemadas cada 19 de marzo, como hacía la beata Petra de San José (Málaga, 1845- 1890), cuyos restos mortales reposan en el propio templo en la capital valenciana.



La quema se produce con un fin simbólico, “igual que sube el humo, con él, suben las peticiones y, de esta forma, llegan más rápidas al Señor”, han añadido. Así, matrimonios jóvenes “que no podían tener hijos y que se encomendaron al santo en estas cartas, han venido a darnos gracias con un bebé en brazos”, así como personas en paro, o familias en crisis.

Se trata de una tradición que se remonta a cuando la beata Petra de San José impulsó, alrededor de 1886, el primer santuario del mundo dedicado a San José, en Barcelona, y una feligresa enferma les dejó una nota con una petición.

Tras su curación, la tradición de las llamadas “Cartas a San José”, se expandió y en Valencia, se lleva realizando desde la llegada de la congregación en 1893, precisamente en una zona de huerta, llamada “Huerto de San José”, donde construyeron la casa de la comunidad.

Fuente: Archidiocesis de Valencia