El tema elegido por el Papa Francisco para la segunda edición de esta Jornada Mundial se inspira en el Salmo 92,15 y pretende subrayar que los abuelos y los mayores constituyen un valor y un don tanto para la sociedad como para las comunidades eclesiales.
En este sentido, el Papa Francisco destacó que “los ancianos deben ser cuidados como un tesoro de la humanidad”.